Familiares de más de 700 reclusos que fueron trasladados a la cárcel de máxima seguridad conocida como El Pozo, protestaron en el parque central de San Pedro Sula exigiendo poder verlos.
“Varios de ellos están enfermos, pálidos, delgados y hasta peludos, porque no los dejan ni rasurarse”, dijo una de las acongojadas madres.
Otra familiar aseguró que a su hijo solo le dan un tiempo de comida y que en cuestión de diez días está casi irreconocible en cuanto a su aspecto físico.
Algunos familiares aseguran tener más de tres meses de no ver a sus seres queridos.