El juicio del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, comenzará en abril de 2018, en el que habrá de responder a cargos de dirigir una multimillonaria organización internacional de tráfico de estupefacientes implicada en asesinatos y secuestros, determinó un juez estadounidense el viernes.
El juez federal Brian Cogan fijó la fecha el 16 de abril de 2018 después de reconocer las dificultades de la defensa para comunicarse con Guzmán en una prisión federal en Manhattan, donde se encuentra en confinamiento solitario.
Los abogados defensores de Guzmán se han quejado de que la separación mediante cristal o rejilla que tienen con Guzmán en las reuniones con él les obstruye la comunicación. El juez dijo que el asunto será investigado.
En un fallo escrito un día antes, Cogan permitió al gobierno mantener la mayoría de las restricciones que impuso a Guzmán, quien escapó en dos ocasiones de prisión en México, entre ellas una por un túnel de 1.600 metros (una milla) de largo que llegaba hasta la ducha de la celda en la que se encontraba.
El gobierno federal ha dicho que las restricciones son necesarias en parte porque Guzmán solía utilizar mensajes en código, sobornos y otros medios para concretar sus evasiones y continuar dirigiendo su imperio de las drogas desde prisión.
Guzmán fue traído en enero a Estados Unidos, donde se declaró inocente.
Cuando Guzmán, de 59 años, ingresó el viernes en una concurrida sala del tribunal, y vio a su esposa, movió la cabeza en sentido afirmativo. Ella, una ex reina de belleza le sonrió y saludó desde su asiento. Durante la audiencia de una hora de duración, la pareja intercambió miradas. La esposa se reclinaba en ocasiones hacia adelante en su asiento de madera.
Guzmán, de baja estatura y complexión fornida, escuchó la traducción al español de la audiencia judicial mediante un audífono.
En un momento en la audiencia, Guzmán habló directamente con el juez Cogan, quien se cercioró que el acusado deseaba mantener a sus abogados de la Defensoría Federal de Nueva York a pesar de las afirmaciones del gobierno de que podrían verse afectados porque cuatro posibles testigos en el juicio contra él fueron representados antes por el mismo despacho.
Guzmán afirmó que sí quería continuar con los defensores públicos que tenía.
Cuando el juez insistió en preguntas para asegurarse de que Guzmán estaba informado adecuadamente de posibles problemas de conflicto de interés y de que no se le hubiera presionado para que se quedara con los abogados, el acusado dijo que sí, que él tomaba sus propias decisiones.
En una decisión escrita emitida el jueves, Cogan redujo las restricciones impuestas a Guzmán para permitir que tenga comunicación escrita con su esposa.
En declaraciones afuera del tribunal, el defensor público adjunto Michael Schneider, dijo que la solución del juez fue un “triste consuelo” para Guzmán y su esposa, quienes están “molestos porque no podrán reunirse”.
Michelle Gelernt, abogada adjunta a cargo de la Defensoría Pública, dijo que el confinamiento solitario ha afectado a su cliente, en parte debido a las secuelas de su encarcelamiento en México.
“Creo que es ampliamente aceptado que el confinamiento solitario tiene consecuencias graves y duraderas tanto físicas como mentales. Eso es una realidad, al margen de quién seas y de qué se te acuse”, afirmó la abogada.-AP