Donald Trump firmó hoy un decreto para dar inicio a la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México, y además congeló fondos para ciudades que se niegan a detener y deportar inmigrantes en situación irregular.
La construcción del muro es una de las polémicas propuestas por Trump durante su campaña electoral. El presidente de Estados Unidos insiste en que de alguna forma México pagará la obra.
«Hemos hablado de esto desde el comienzo», indicó el mandatario al firmar una de las dos órdenes ejecutivas sobre seguridad fronteriza y migración. Este plan incluye la creación de nuevos centros para detener inmigrantes no autorizados en la frontera sur y la reactivación de un programa federal para agilizar deportaciones.
«De una manera u otra, México pagará», dijo el vocero Sean Spicer en referencia al muro durante su conferencia de prensa diaria, en la que omitió la presencia en la capital estadounidense del canciller mexicano Luis Vildegaray para su primera reunión con el nuevo gobierno estadounidense.
En los próximos días se espera que Trump tome nuevas medidas para restringir el flujo de inmigrantes a Estados Unidos. Estos planes incluyen al menos una suspensión de cuatro meses a todas las autorizaciones de ingreso de refugiados, así como una prohibición temporal a la gente que venga de algunos países musulmanes.
Por su parte, el gobierno mexicano afirmó en reiteradas oportunidades que no pagará ningún muro fronterizo, mientras que Trump dijo que en un principio el proyecto será financiado con un proyecto de ley de gastos aprobado por el Congreso y a la larga México le reembolsará el dinero a Estados Unidos.
Al afirmar que tiene autoridad para construirlo, Trump podría apoyarse en una ley de 2006 que autorizó la construcción de varios cientos de kilómetros de bardas a lo largo de la frontera de 3.218 kilómetros. Ese proyecto de ley derivó en que fueran erigidos unos 1.120 kilómetros de diversos tipos de cercas diseñadas para impedir el paso de vehículos y peatones.
La Ley de la Cerca Segura fue promulgada por el presidente George W. Bush, y la mayor parte de las cercas en Texas, Nuevo México, Arizona y California fueron construidas antes de que él dejara el cargo. Las últimas partes fueron completadas después de que el presidente Barack Obama asumiera en 2009.
El gobierno de Trump también debe apegarse a un tratado firmado hace décadas con México que limita dónde y cómo pueden construirse estructuras a lo largo de la frontera. Dicho tratado de 1970 requiere que las estructuras no alteren la corriente de los ríos, los cuales definen la frontera entre los dos países a lo largo de Texas y en 38 kilómetros de Arizona.- (Agencias)