El Senado de Brasil aprobó someter a la presidenta Dilma Rousseff a un juicio de destitución, una medida que dejó su mandato a una votación de terminar abruptamente y bajarle el telón a más de 13 años de la izquierda en el poder.
En la madrugada de hoy y tras más de 15 horas de debate, los senadores dieron un fuerte respaldo al impeachment de Rousseff, que fue suspendida el 12 de mayo acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos a espaldas del Congreso.
Los cargos, considerados “crímenes de responsabilidad” que son castigados con la pérdida de la presidencia, tuvieron 59 votos a favor y 21 en contra, un resultado holgado que preanuncia un escenario difícil para la primera mujer que llegó a la presidencia de Brasil, según confiaron senadores a la AFP.
La posición en favor del impeachment obtuvo cuatro votos más que cuando el proceso fue admitido para su análisis.
“Es culpable por acción u omisión”, dijo durante su discurso Miguel Reale, uno de los juristas que suscribió el pedido de impeachment y que habló en representación de la parte acusadora.
La defensa, en manos del exministro de Justicia José Eduardo Cardozo, pidió la absolución de la presidenta y cuestionó el potencial castigo de la pérdida del mandato: “Un presidente de la República solo puede ser separado de su cargo si hay un atentado contra la Constitución. Debe ser un crimen mayor”.
Cardozo dijo “estar del lado correcto de la historia”.
Juegos e impeachment
Con los Juegos Olímpicos de Rio-2016 capturando la atención de los brasileños que por primera vez tienen a la élite del deporte mundial en sus tierras, la sesión tuvo un tono intenso y pletórico de metáforas vinculadas a la competencia.
Cuando aún resonaban los discursos y antes de la votación, la leyenda de la natación mundial Michael Phelps ganó dos medallas de oro y subió su colección personal a 21.
Dilma Rousseff denuncia ser víctima de un “golpe parlamentario” y ahora solo dispone de una oportunidad más, la fase final del juicio, para evitar su debacle y la del Partido de los Trabajadores fundado por su padrino político Luiz Inácio Lula da Silva hace más de treinta años.
En el Palacio de Planalto, los hombres de Temer afirman que ya no habrá cambios en los votos para el juicio, que requiere de una mayoría especial de dos tercios (54) de los 81 senadores para sellar la destitución.
Esa instancia empezará el 25 de agosto, cuatro días después de la ceremonia de clausura de los Juegos, y se extenderá por cinco días.
En caso de ser sentenciada, Rousseff quedará inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años.
“Lamento que el Senado esté escribiendo una de las páginas más tristes de su historia, hiriendo de muerte a la democracia”, dijo lacónicamente el senador Jorge Viana, del partido fundado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Del otro lado, el senador socialdemócrata Aecio Neves, rival de Rousseff en las elecciones de 2014, dijo: “Hoy estamos defendiendo la Constitución. Aquellos que cometen crímenes tienen que ser responsabilizados (…) Las condiciones para el alejamiento de Dilma Rousseff están consolidadas”.
– Capítulo final –
Rousseff, una exguerrillera marxista de 68 años, sostiene que su vice, Michel Temer, orquestó el “golpe” en su contra.
A sus 75 años, este abogado constitucionalista decidió abandonar la coalición que había formado su partido de centro-derecha PMDB para liderar un frente en favor de la destitución que le asegure la presidencia hasta el 31 de diciembre del 2018, cuando debía terminar el mandato de su exaliada.
Llamado “presidente en ejercicio” o “presidente interino”, Temer ya pidió acelerar el proceso de impeachment porque la gente “necesita saber quién es el presidente” y planea asistir a la cumbre del G20 en China, a inicios de setiembre, sin tener que cargar adjetivos adicionales a su cargo.
El gobierno de Rousseff, que inició su segundo mandato consecutivo el 1 de enero de 2015 y debe entregar el poder el 1 de enero de 2019, se astilló por una recesión económica feroz y las acusaciones de corrupción que lo vincularon a una inmensa red de sobornos en la estatal Petrobras.
Recluida en la residencia presidencial, la mandataria suspendida dijo que publicará una carta donde se comprometerá a convocar un plebiscito para que los ciudadanos decidan si quieren adelantar elecciones en caso de que consiga derrotar al impeachment.
“Vamos a convocar una elección general para dar una salida a la crisis política. Eso es coraje, osadía. Sacar a una presidenta no lo es (…) Hipócritas, hipócritas, hipócritas”, dijo la senadora Gleisi Hoffmann, una de las espadas del PT en el Senado.
Entre la batería de último minuto para defender el mandato de Rousseff, el equipo legal de la mandataria analiza recurrir ante la corte suprema por fallas en el proceso y legisladores del PT dijeron que habían realizado una presentación ante laOEA denunciando la situación en Brasil.
Si pierde el poder, la primera mujer en presidir Brasil se convertirá en el segundo jefe de Estado en caer a manos del Congreso en 24 años. El anterior fue el hoy senador Fernando Collor.