La sequía que azota a Honduras a causa del fenómeno de El Niño, producto del cambio climático, y sus consecuencias en la agricultura influyen «directamente» en el desplazamiento de hondureños, alertó hoy la directora de la organización humanitaria Plan Internacional, Belinda Portillo.
«La falta de alimentos y el impacto negativo del cambio climático en la agricultura (…), aumenta los niveles de violencia, de desnutrición y de desplazamiento interno», dijo Portillo a Efe.
La prolongada sequía causada por el fenómeno meteorológico El Niño, potenciado por el cambio climático, afecta a aquellas regiones con menos recursos, especialmente a poblaciones indígenas, agregó.
El fenómeno provoca desde fuertes sequías por el aumento de temperaturas y la escasez de precipitaciones, hasta devastadoras lluvias e inundaciones.
Portillo cuestionó que «nadie habla de ese desplazamiento interno» al que se ven obligados miles de hondureños para llevar sustento a sus demás familiares.
Señaló que muchos pequeños productores no tienen posibilidad de cultivar la tierra, ya sea por no poseerla o por la variación del clima, por lo que se ven obligados a abandonar su hogar y viajar hacia las ciudades, donde, en muchas ocasiones, se encuentran con «más problemas».
Las ciudades «no tienen capacidad de absorción, ni capacidad de generar u ofrecer oportunidades» a las personas desplazadas por los efectos del cambio climático, subrayó la directora de la organización humanitaria.
Apuntó, además, que los hombres son los primeros que salen del hogar en búsqueda de mejores condiciones económicas, seguidos de las mujeres, dejando a sus hijos menores a cargo de otro familiar.
«El hombre, como es el proveedor, es el que usualmente se desplaza, pero ahora también la mujer se desplaza, por lo que los niños están quedando al cuidado de terceros, con lo que hay brechas generacionales que son muy grandes e impactan en los procesos de desarrollo de los menores», enfatizó.
La sequía en Honduras afecta una zona que se conoce como el Corredor Seco, un territorio que comunica parte de la región suroccidental con el centro del país, donde la pobreza afecta a más de 60 % de sus 8,5 millones de habitantes, según autoridades locales.
La falta de lluvias ha comenzado a mermar el suministro de agua potable en muchas ciudades hondureñas y ha provocado racionamientos de energía en varias regiones del país.
Es por ello que el Gobierno hondureño ha solicitado la colaboración de organismos internacionales y países amigos, entre los que figuran España e Israel, para atender el problema de la sequía y garantizar la seguridad alimentaria en el país.