Un terrorista suicida hizo explotar una bomba en un estadio de fútbol al sur de la capital de Irak, Bagdad, y provocó la muerte de al menos 30 personas, según la policía y los médicos.
El autodenominado Estado Islámico reivindicó el ataque.
«Estaban entregando el trofeo a los ganadores cuando el atacante suicida se voló entre la multitud», dijo a la agencia AFP un capitán de policía de la ciudad de Al Asriya. La localidad está próxima a Iskandariyah, que está a 40 kilómetros al sur de la capital.
El atacante detonó los explosivos cuando estaba sobre la cancha junto a cientos de aficionados, fuerzas de seguridad y dirigentes durante la ceremonia de premiación de un torneo local.
La policía dijo que más de 50 personas resultaron heridas, pero las cifras podrían aumentar.
Las imágenes publicadas en redes sociales del lugar de los hechos muestran los palos de las porterías manchados de sangre.
«El suicida se metió entre la multitud para aproximarse al centro y entonces se inmoló cuando el alcalde presentaba los premios a los futbolistas», dijo Ali Nashmi, un testigo de 18 años.
El alcalde, Ahmed Shaker, está entre los muertos.
EI publicó un comunicado en las redes sociales reclamando la responsabilidad del ataque y publicó una foto del supuesto suicida, que responde al nombre de Saifullah al-Ansari. Según se ve en imagen, es un adolescente.
EI asegura que el ataque mató a más de 60 personas e hirió a más de 100.
«La mayoría de la gente era joven», dijo a AFP Haidar Kadhem, de 20 años y sobreviviente del ataque.