El Departamento de Estado de Estados Unidos renovó hoy la alerta de viaje a sus ciudadanos a Honduras debido a que «los niveles de violencia y criminalidad son críticamente elevados» en el país centroamericano, y los delincuentes operan con un «alto grado de impunidad».
Aunque el Gobierno estadounidense reconoce que la criminalidad se ha reducido «en los últimos dos años» en Honduras, subraya que las autoridades de la nación centroamericana «carecen de los recursos suficientes para responder, investigar y procesar los casos de forma adecuada».
La principal diferencia con la última alerta de viaje a Honduras, emitida en marzo pasado, está en la eliminación de una referencia a la corrupción en la Policía hondureña.
La anterior alerta afirmaba que «miembros de la Policía Nacional de Honduras han sido sentenciados por actividades criminales» y el Gobierno hondureño «está todavía en la primera fase de reformas sustanciales en sus instituciones judiciales», dos afirmaciones que no aparecen en el nuevo mensaje a los viajeros.
No obstante, el Departamento de Estado insiste en que «los criminales operan con un alto grado de impunidad en todo Honduras».
La alerta también actualiza la cifra de asesinatos de ciudadanos estadounidenses en Honduras, dado que el mensaje de marzo indicaba que el país centroamericano había registrado 100 asesinatos de ciudadanos de Estados Unidos desde 2002.
La embajada estadounidense en Tegucigalpa ha registrado 42 asesinatos de ciudadanos estadounidenses desde 2010, con diez de ellos desde enero de este año, según la nueva alerta.
Aunque Honduras tiene una de las tasas más altas de homicidios en el mundo, Estados Unidos reconoce que ese índice ha bajado de 86,5 por cada 100.000 habitantes en 2011 a 66 por cada 100.000 en 2014, y «las estimaciones divulgadas en julio de 2015 predicen una tasa menor» para este año.
«Los ciudadanos estadounidenses son víctimas de crímenes a niveles similares a los de la población local, y no parece que se les persiga en función de su nacionalidad», apunta la alerta.
También advierte de que los secuestros continúan siendo un motivo de preocupación, con cuatro casos de estadounidenses secuestrados desde 2012, e indica que los datos de este tipo de delitos se reportan por debajo de la realidad.
El Departamento de Estado reconoce que el Gobierno de Honduras ha aumentado la presencia policial en las zonas turísticas, como las ruinas mayas de Copán y las islas Roatán, y «está implementando programas similares en localizaciones como La Ceiba o Trujillo».
Pero subraya que ciudades como San Pedro Sula, La Ceiba o la capital, Tegucigalpa, son especialmente peligrosas por las actividades de organización narcotraficantes internacionales, y tienen tasas de homicidio superiores a la media nacional de 2014.