Un presupuesto de 25 millones de lempiras que se suponía iba a servir para combatir el dengue y el chikungunya mediante la limpieza y chapeo de solares baldíos, se ha convertido en el más reciente acto de corrupción al descubierto en el Gobierno de Juan Orlando Hernández.
Los fondos estaban destinados para la contratación de 5 mil personas con el propósito de realizar la labor, pero gracias a la denuncia de Brenda López, una hondureña valiente que fue contratada, se supo el gran negocio que hizo el gobierno.
Según Brenda, la movida consistió en venderle las herramientas para realizar el trabajo a quienes fueron contratados.
Rastrillos, palas, piochas, botas, guantes, machetes y hasta chalecos con propaganda gubernamental, fueron instrumentos que por su uso se les descontó injustamente el sueldo ofrecido a los contratados.
Aquí el valiente testimonio de esta ejemplar hondureña